De la insoportable levedad de la Batería





Es de sobra conocido que en el cambio de los teléfonos móviles "tradicionales" a las últimas generaciones de smartphones Apple, Android, Windows Phone y demás se ha producido una tremendo salto en funcionalidad, pero ha venido acompañado de una notable pérdida en tiempo de autonomía de las baterías: Cuando antes cargábamos el móvil una vez a la semana, ahora es diario.


La causa es sencilla: CPU y pantalla. Se ha pasado a utilizar CPUs prácticamente equivalentes a las de los PCs, incluso con varios núcleos, y displays con resoluciones cada vez más densas, que tampoco tienen mucho que envidiar a las de un monitor de PC. El hardware se vuelve más rápido y más compacto a cada momento, incrementando su emisión de calor y consumo de energía.

Sin embargo, y aunque las baterías proporcionan mayor amperaje, no ha habido un salto en un orden de magnitud equivalente en su tecnología de ión-litio. El resultado: la batería apenas dura y si llevas un rato con los datos puestos, el display encendido etc... se podría freír un huevo sobre la carcasa del teléfono. Algo parecido sucede también con muchos tablet.

Los fabricantes son muy conscientes de ese talón de Aquiles, ante el cual encontramos dos grandes aproximaciones para abordarlo, mutuamente complementarias:
  • Investigar mejoras en la tecnologías de batería. 
Como por ejemplo optimizando la reacción química dentro de la misma.Tal es el caso de un proyecto de investigación de Northwestern University. Promete mejorar un orden de magnitud (10 veces) el rendimiento, a base de incrementar la densidad de los átomos de ion-litio empleando Silicio en lugar de Carbono en las hojas que los separan. Esto también supondría una reducción notable en el tiempo de recarga.

Tardará de 3 a 5 años en salir al mercado.
  • Desarrollar hardware con menor consumo y mejor refrigeración
Tal es el caso de los procesadores SnapDragon de Qualcomm, los cuales se utilizan ya en algunos smartphone insignia como Galaxy S III, o Lumia 920. 



Integran todos los componentes que necesita específicamente un smartphone: CPU, gráfica (GPU), conectividad y codecs multimedia, trabajando de forma indpendiente. En su última versión, S4, han reducido el nivel de integración de 45nm a 28nm, el menor del mercado, con una densidad más alta de transistores, y consiguiendo al mismo tiempo menor fuga de calor, todo ello no se sabe muy bien cómo. El resultado es un menor consumo y una emisión de calor sensiblemente menor, como demuestran en este curioso vídeo, con cámaras térmicas y... derritiendo mantequilla!!